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Los hermanos de Jesús

Portada: Los hermanos de Jesús

Un asunto que se ha convertido en polémico especialmente en las últimas décadas es si Jesús tuvo o no hermanos carnales, hijos de María. Los ortodoxos y católicos dicen que no; entre los protestantes abunda más el sí. Libros y documentales avivan la polémica buscando ingresos.

El tema no es baladí; para católicos, ortodoxos y algunas otras denominaciones, el hecho de que Jesús tuviera hermanos podría complicar la creencia de que María no sólo era virgen cuando quedó embarazada de Jesús (eso hubiera bastado para cumplir la profecía), sino que lo siguió siendo después. “María siempre virgen” es un dogma unánime en la Iglesia primitiva. Para muchos protestantes, demostrar que un dogma católico-ortodoxo es falso sería una gran oportunidad para deslegitimizar ambas iglesias. También creen algunos que si demuestran que María no fue siempre virgen quedaría así invalidado el dogma de la infalibilidad papal, aunque ahí se equivocan, pues tal dogma no fue declarado por un papa, sino por la Iglesia antigua en un concilio universal (Éfeso 431).

Por eso para creer que Jesús tuvo hermanos no bastan opiniones, se necesitan pruebas irrefutables o al menos tan sólidas como para echar por tierra la creencia tradicional. El ambiente está caldeado. Veremos qué dice la Biblia y la historia sobre el tema, pero antes vamos a ver cuáles son las diferentes posturas al respecto.

Las diferentes posiciones

Iglesia Ortodoxa: María es la siempre virgen, los hermanos de Jesús eran hijos de un matrimonio anterior de José, por tanto eran legalmente hermanos de Jesús, aunque no compartían con él ni padre (el Espíritu Santo) ni madre (María la virgen).

Iglesia Católica: María es la siempre virgen, los hermanos de Jesús en realidad eran parientes, no “hermanos” en nuestro sentido literal del término.

Iglesias protestantes: Muchas de ellas consideran que los hermanos de Jesús eran sus hermanos carnales, pero no hay unanimidad. En realidad serían medio-hermanos por parte de María (hijos de ella con José, pero no del Espíritu Santo). Aunque en la época de la Reforma se aceptaba la idea tradicional de que María permaneció siempre virgen, en épocas posteriores, con lecturas más literales, se fue extendiendo entre los protestantes la idea de que estos hermanos eran carnales y por tanto también hijos de María. Es de notar que los grandes reformadores (Lutero, Calvino y John Wesley) creían en María la siempre virgen, y por tanto negaban que hubiera tenido más hijos.

Iglesia anglicana: La Iglesia Alta coincide con la postura católica y la Iglesia Baja coincide con la protestante. En la Iglesia Episcopaliana y en la Luterana también observamos la misma división de opiniones.

Ateos: Los estudiosos bíblicos ateos no encuentran en la Biblia datos concluyentes en uno u otro sentido, así que generalmente consideran que si se les llaman “hermanos de Jesús” probablemente lo serían (bien como hijos de José y María o sólo como hijos de José), aunque la interpretación de “parientes” también es posible.

Y estos son los hechos

1- textos bíblicos: los hermanos (y hermanas) de Jesús son mencionados en varias ocasiones y los encontramos en los cuatro evangelistas y en San Pablo. Veamos algunos ejemplos:

Biblia

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Entonces la madre y los hermanos de Jesús llegaron a donde él estaba,
pero no podían acercarse a él debido al gentío.
(Lucas 8:19)

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¿No es éste el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago, de José, de Judas y de Simón? ¿No están sus hermanas aquí con nosotros?». Y Jesús era para ellos un motivo de escándalo. (Marcos 6:3)

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Después de esto Jesús bajó a Capernaúm con su madre, sus hermanos y sus discípulos; pero no se quedaron allí muchos días. (Juan 2:12)

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Entonces Jesús les dijo: No temáis. Id, avisad a mis hermanos que vayan a Galilea, y allí me verán. (Mateo 28:10)

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Cuando terminaron de hablar, Santiago, hermano de Jesús, tomó la palabra y dijo… (Hechos 15:13)

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No vi a ningún otro Apóstol, sino solamente a Santiago, el hermano del Señor. (Gálatas 1:19)

En los cuatro evangelios y en Hechos se habla de los hermanos de Jesús, aunque sólo en Hechos se habla de “Santiago (= Jacobo), hermano de Jesús”, que además es identificado como el obispo de Jerusalén. La mayoría opina que no está claro en Hechos si este obispo hermano de Jesús es el apóstol Santiago (el Menor) o una persona diferente.

2- texto judío del siglo I: En el año 93, el historiador judío-fariseo Flavio Josefo menciona la muerte de Santiago de esta manera: “Ananías era un saduceo sin alma. Convocó astutamente al Sanedrín en el momento propicio. El procurador Festo había fallecido. El sucesor, Albino, todavía no había tomado posesión. Hizo que el sanedrín juzgase a Santiago, hermano de Jesús, quien era llamado Cristo, y a algunos otros. Los acusó de haber transgredido la ley y los entregó para que fueran apedreados.” (los historiadores fechan este martirio en el año 62)

4- arqueología: A finales del siglo XX es hallado en Jerusalén un osario de piedra con la inscripción aramea: “Ya’aqob bar Yosef ajui di Yeshúa» (Jacob, hijo de José, hermano de Jesús)”. Los expertos datan el osario como del año 63 (lo que más o menos coincide con la fecha que dan los historiadores para la muerte de Santiago).

*Nota: Expliquemos que “Yaaqob” se transcribe en latín como “Iacobus”, que dio en castellano “Jacobo” (inglés James, italiano Giacomo, francés Jacques). En catalán dio “Jaume” que pasó luego también al castellano como “Jaime”. En leonés sin embargo dio “Yago” y al apóstol se le conocía pues como “Sant Yago”, lo que acabó por considerarse un solo nombre, “Santiago” (por eso decimos “San Pedro” o “San Juan”, pero no “San Santiago”, pues el “san” lo lleva ya incluido). En otras zonas se dividió mal y nos dio “San Tyago”, y de ahí viene el antiguo nombre “Tiago” y su forma castellanizada “Diego”. Así que en la mayoría de las traducciones bíblicas en español se nos habla de “Santiago”, pero algunas usan la más fiel de “Jacob” (por eso al Camino de Santiago se le llama también la Ruta Jacobea).

Vistos estos datos parece lógico pensar que Jesús tenía hermanos, uno de los cuales era Santiago, el que lideró la iglesia de Jerusalén tras su muerte.

Argumentos a favor y en contra

María y Juan

Este argumento es, en nuestra opinión, difícil de refutar, sobre todo si conocemos bien el comportamiento social de la época. Cuando Jesús está muriendo por asfixia en la cruz, tiene que luchar desesperadamente por cada bocanada de aire apoyando todo su cuerpo en la herida del clavo de los pies y arqueándose hacia un lado tirando de las heridas de las manos. En semejante situación, cada palabra de las pocas que dijo le supuso un esfuerzo casi inimaginable. Es de comprender que durante esas horas reservase su poco aliento para decir sólo unas cuantas frases (siete) de suma importancia para él, y una de esas pocas palabras las dedicó a asegurarse de que su pobre Madre no quedase desamparada:

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Junto a la cruz de Jesús, estaba su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena. Al ver a la madre y cerca de ella al discípulo a quien él amaba, Jesús le dijo: «Mujer, aquí tienes a tu hijo». Luego dijo al discípulo: «Aquí tienes a tu madre». Y desde aquel momento, el discípulo la recibió en su casa. (Juan 19: 25-27)

María era ya viuda (José sólo aparece en la infancia de Jesús). Si no tenía más hijo que Jesús y estaba a punto de perderle a él también, se quedaría sin nadie y sin sustento. Los huérfanos y las viudas eran los más desamparados de la sociedad porque se quedaban sin nada (no podían trabajar). Por eso Jesús se asegura de que, antes de morir, su madre encuentre cobijo en casa de un amigo de confianza y le pide a Juan que se ocupe de ella. Y efectivamente, tal como dice la Biblia y la tradición, “el discípulo la recibió en su casa”. Si tantos hermanos tenía Jesús (especialmente el famoso “Santiago, hermano de Jesús” que fue obispo de Jerusalén) hubiera resultado del todo incomprensible que Jesús pusiera semejante empeño en asegurar el futuro de su madre con un amigo suyo: María se habría ido a vivir con uno de sus hijos o hijas.

La tradición judía establecía claramente que si el hijo que se hacía cargo de una viuda moría, el siguiente hermano en orden de nacimiento tenía la obligación de hacerse cargo de ella. Si Jesús consideró su deber establecer con quién debería vivir su madre es porque él era quien estaba a cargo de ella y, al no haber más hermanos, decidió encomendarla a su mejor amigo (el discípulo amado). Si hubiera más hermanos, la tradición judía ya tenía preparado al hermano siguiente para encargarse de ella, y sería ya suya la responsabilidad de su madre, no de Jesús; incluso hubiera sido una intromisión por parte de Jesús hacer planes para su madre ahora que la custodia estaba ya a punto de pasar a su hermano. El propio hermano habría tenido el derecho de invalidar la decisión de Jesús en el momento que éste murió. Y todo esto suponiendo que Jesús fuera el mayor de los hermanos, porque si hubiera hermanos mayores que Jesús (por ejemplo anteriores hijos de José), no sería asunto de Jesús opinar sobre el tema pues la custodia ya estaría en manos del hermano mayor.

Algunos argumentan que Jesús, siendo el hermano mayor, optó por Juan porque sus hermanos aún no creían en él, y prefería que su madre viviera con un creyente. Al defender esta idea se está usando una mentalidad moderna. En la cerrada sociedad semita de la época, mandar a una viuda de más de 7 hijos e hijas a vivir con un amigo sería un escándalo, una humillación para la madre y un desprecio público hacia los hermanos (si fue sin su consentimiento) o un gran desprestigio (si se lavaron las manos). Se podría alegar que aunque sus hermanos aún no creían en él, Jesús quizás ya sabía que días más tarde sí creerían, tal como vemos en Hechos 1:14. Pero aunque no lo supiera, tras resucitar hizo muchas disposiciones, bien podría haber rectificado entonces su postura al comprobar que sus hermanos se unían a los discípulos. Ya no tendría sentido perseverar en su decisión de enviar a su madre con Juan al precio de llenar a toda su familia de oprobio (incluida su madre). No se sostiene, especialmente si crees que Jesús resucitó y se relacionó con los suyos desde la Resurrección hasta su Ascensión.

Además, si suponemos que por alguna extraña razón María se llevaba mal con todos sus hijos e hijas y por eso Jesús prefirió encomendarla a Juan, entonces el admirado Santiago, líder de la iglesia de Jerusalén, hubiera tenido un prestigio social muy dañado por ser un mal hijo (algo terrible en aquella época) y por tanto socialmente marcado e inhabilitado para ser líder ni ejemplo de nada (¡ese mal hijo que consiente que su madre tenga que irse con un extraño!). En fin, que si este argumento no imposibilita la existencia de otros hermanos de Jesús, en la práctica lo hace muy improbable por razones lógicas, históricas y sociales. Pero para que este argumento sea sólido hay que demostrar primero que “hermano” puede significar también “pariente”, con lo cual Santiago podría ser primo de Jesús sin que ello suponga un error en las Escrituras.

El vocabulario arameo y griego

El castellano tiene una antigüedad de unos 1000 años. El idioma de Jesús y sus discípulos, el arameo, tiene 4000 años de antigüedad y se dividió en múltiples dialectos; aún así, en ningún momento y en ningún dialecto, y menos aún en el dialecto palestino del siglo I, encontramos en arameo una palabra que signifique “primo”; en su lugar sencillamente se utiliza el término “hermano”, que también puede utilizarse genéricamente en el sentido de “pariente”. En las sociedades semitas el concepto familiar es amplio y en la Biblia vemos que se llama «hermanos» a los que provienen de un mismo abuelo: a los primos, tíos y sobrinos (y creemos que Santiago era «primo» de Jesús, hijo de alguna hermana o prima de la Virgen). En la  Biblia se lee, por ejemplo, que Abraham llamaba «hermano» a Lot:

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Abram dijo a Lot: "No quiero que haya altercados entre nosotros dos, ni tampoco entre tus pastores y los míos, porque somos hermanos". (Génesis 13, 8)

Pero luego vemos claramente que Lot no era “hermano” sino sobrino de Abraham:

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Esta es la descendencia de Téraj: Téraj fue padre de Abram, Najor y Harán. Harán fue padre de Lot… (Génesis 11, 27)

Así que el decir que alguno era «hermano» de Jesús no significa necesariamente que fueran hermanos carnales, sino que estos llamados «hermanos», eran simplemente familiares: primos, etc. Esta es la tradición que mantiene la Iglesia Católica: Jesús y Santiago (y sus otros “hermanos”), eran en realidad parientes, no hermanos.

Pero el asunto lingüístico no es tan sencillo como hemos explicado. Es cierto que Jesús y sus discípulos hablaban arameo, pero el hecho es que el Nuevo Testamento está escrito en griego, y en griego sí hay un término para “primo”. El griego “adelphos” significa “hermano” (igual puede referirse a hermano de padre y madre, o hermanastro de sólo padre/madre o hermano adoptivo por adopción de ambos padres o medio-hermano por venir de un matrimonio anterior), y el término “anepsios” significa “primo”. Así pues, cuando los evangelistas nos hablan de “Santiago, el hermano de Jesús”, nos lo están diciendo en griego, no en arameo, y usan el vocablo “adelphos”, así que será que realmente querían decir “hermano”.

Ante este argumento recordaremos primero que la Iglesia Ortodoxa tradicionalmente considera que San José era viudo y traía hijos de su matrimonio anterior, que por tanto serían “hermanos de Jesús”, pero no hijos de María. Este argumento apareció por primera vez en el siglo II en el evangelio apócrifo llamado “Protoevangelio de Santiago”, o sea, cuando todavía vivía gente que había conocido a María, así que parece un argumento sólido, y de hecho fue muy popular hasta principios del siglo V.

Los estudiosos actuales, sin embargo, creen que ese mal llamado protoevangelio fue escrito por un cristiano procedente del paganismo (desconoce las costumbres judías) y que ignoraba el hebreo, pues utilizó como fuente la Septuaginta (la Biblia griega de los Setenta). Es muy probable que utilizara también como fuentes los evangelios de Mateo y Lucas. Aunque recogiera tradiciones orales fidedignas en más de un asunto, no tendría nada de extraño que, al ser de origen pagano, malinterpretara el término “hermano de Jesús” y buscase una explicación lógica para que esa “anomalía” no entrase en contradicción con la idea de que Jesús era hijo único. Al fin y al cabo nos encontramos con un texto temprano de gran valor histórico pero no inspirado, por tanto puede contener errores sin problema. Como contrapartida tenemos un texto de Papías, discípulo de Juan, y que con anterioridad al llamado protoevangelio nos dejó dicho que esos “hermanos de Jesús” eran sus primos, aunque bien es verdad que hoy la mayoría consideran ese texto un apócrifo medieval.

Este argumento ortodoxo, no obstante, sería válido desde el punto doctrinal católico porque mantendría intacta la creencia común de que María fue virgen antes, durante y después del nacimiento de Jesús. Que Jesús tuviese verdaderos hermanos destruiría el dogma de la virginidad continuada de María, pero si tiene hermanastros no invalida ningún dogma, así que un católico puede pensar, como los ortodoxos, que Jesús tenía hermanastros sin ningún problema. Sin embargo la opinión de la Iglesia Católica insiste en que tampoco eran hermanastros, sino primos; veamos por qué.

Al menos uno de los evangelios (el de Mateo) parece haber sido redactado originalmente en arameo, aunque sólo conservamos la traducción griega que él mismo hizo posteriormente. En ese caso, el griego “adelphos” sería una traducción confusa si lo que quiere decir es “primos” o “parientes”. Pero el evangelio de Juan probablemente se redactó en griego y con seguridad lo fue el de Lucas (pues Lucas es el único que no tenía arameo como lengua materna) y también ellos utilizan el término griego “adelphos”.

Hay que señalar que el griego koiné usado en la Biblia no es igual que el griego clásico, ni siquiera igual que el griego popular nativo, pues está plagado de “sabor” arameo. Los escritos traducidos del arameo tienen todo el influjo lógico que el idioma original imprime en su traducción. La versión bíblica usada por la mayoría de los cristianos fue la Septuaginta (siglo III-II a.C.), traducida del hebreo y el arameo al griego usado como lingua franca en todo el Imperio Romano Oriental (donde el cristianismo empezó extendiéndose). No es algo forzado suponer que si los primos bíblicos son llamados “adelphos” en la Septuaginta, los cristianos usasen igualmente el término griego con ese sentido bíblico en sus escritos. Veamos un ejemplo de este manierismo recuperando la cita anterior:

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Abram dijo a Lot: "No quiero que haya altercados entre nosotros dos, ni tampoco entre sus pastores y los míos, porque somos hermanos." (Génesis 13:8)

Ya hemos visto que la propia Biblia aclara que Abraham no es hermano de sangre, sino tío de Lot, o sea, pariente. Veamos ahora cómo se redactó la frase “porque somos hermanos” en el hebreo original y en la traducción griega de la Septuaginta:

Español:    “Porque somos hermanos
Hebreo:     כי אנשים אחים   (pronunciado: ki anasim ahim)
Griego bíblico:   οτι ανθρωποι αδελφοι ημεις εσμεν (transcrito: oti anthropoi adelphoi emeis esmen)
Vulgata latina:   et pastores tuos fratres enim sumus.

El hebreo, refiriéndose a “parientes” usa la palabra “ahim” (plural de “ahu” = hermanos, primos, parientes). El griego bíblico, a pesar de que tiene una palabra para decir tío, sobrino o parientes, utiliza un calco del original hebreo y usa la palabra “adelphoi” (= hermanos de de padre y/o madre) y lo mismo hacen la versión latina y española. Por lo tanto, cuando los evangelistas se pusieron a escribir sus libros sobre Jesús, incluso si los redactaron en griego ya tenían en su cabeza un manierismo bíblico determinado, una “manera bíblica” de expresarse, en la que “adelphoi” significaba “hermanos” pero también “parientes”. Si a esto añadimos que incluso Lucas, el que sin duda escribió en griego, leería la Septuaginta y aprendió la vida de Jesús a través de sus seguidores judíos, entonces él traducía las historias arameas al griego, con lo cual también aquí nos encontramos con el influjo del arameo y el griego bíblico. Si el tal Santiago era conocido popularmente como “Santiago, el hermano de Jesús” (en el sentido arameo del término), es normal que Lucas usara la expresión bíblica con “adelphos” manteniendo el epíteto original. Y si los evangelistas mantienen el epíteto de “hermano de Jesús”, con mayor razón lo haría el mencionado historiador judío Flavio Josefo, que sólo narra los acontecimientos de oídas y lo mismo si lo toma de fuentes en griego como de fuentes en arameo se encontraría con la misma expresión: “Santiago el hermano de Jesús”, y así lo reporta él.

Del mismo modo, aunque la Iglesia Católica siempre ha mantenido que ese “hermano” se refiere a “primo”, la versión oficial en latín (la Vulgata) no tuvo ningún problema en traducir ese “ahim” por el latin “fratres” (= hermanos), a pesar de que también el latín tiene vocabulario más específico. Y dentro de esa antigua tradición, también en las traducciones españolas tradicionales usamos “hermano” en lugar de “parientes” sin por ello estar admitiendo que creemos que “hermano” sea el sentido literal de nuestro idioma. Podríamos decir sencillamente que todo este asunto se trata de una mala traducción (en el caso de Abraham, de Santiago y de muchos otros en la Biblia), pero se traduce así no por error, sino por ser fieles a una “manera histórica” de traducir.

También en las lenguas modernas, aunque en mucha menor medida que el griego de la Septuaginta, podemos decir que hay una “manera bíblica” de expresarse que reconocemos y entendemos. Por poner un ejemplo típico, citemos el libro de Samuel, cuando Ana, tras años de ser estéril y de rogar a Dios por un hijo la Biblia nos dice:

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Elcaná conoció a su esposa Ana, y el Señor se acordó de ella. Ana concibió, y a su debido tiempo dio a luz un hijo, al que puso el nombre de Samuel, diciendo: «Se lo he pedido al Señor». (1 Samuel 1:19)

O también en el Génesis:

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Y conoció Caín a su mujer, y ella concibió y dio a luz a Enoc. (Génesis 4:17)

No creo que nadie mínimamente familiarizado con la Biblia (incluso muchos que no lo están) tenga problema alguno para entender que cuando la Biblia dice “conocer” se puede referir a “tener relaciones sexuales con”, incluso se hacen chistes con lo de “¿pero te refieres a conocer en el sentido bíblico?”. Las traducciones más modernas prefieren decir “se unió a” o algo parecido, pero podemos ver claramente que aunque en español “conocer” no tiene un sentido sexual (excepto en la Biblia), del mismo modo aunque en el griego de la época “adelphos” signifique “hermano”, en el sentido bíblico se pueda usar sin ningún problema con el sentido hebreo/arameo de “pariente”, y nadie vio necesario traducirlo de otra forma.

Una objeción que hemos visto repetidamente es que si bien en el Antiguo Testamento abunda el uso de “adelphos” (hermano) para traducir el término semita de “pariente” (ahu), en el Nuevo Testamento eso no ocurre ni una sola vez, y por ejemplo se refiere a Isabel como “parienta” de María (συγγενίς, “suggenís”) no como hermana al estilo semita; por tanto, cuando usa “adelphos” para con Jesús, lo está usando en sentido griego literal. Pero esta objeción, demasiado común, es errónea. Se nos ocurre al menos un ejemplo en el que clarísimamente se utiliza en el Nuevo Testamento el término griego “adelphos” en el estilo semita para referirse a un pariente, no a un hermano:

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Junto a la cruz de Jesús estaba su madre y la hermana de su madre, María esposa de Cleofás, y María Magdalena. (Juan 19:25)

En este caso el texto griego original para “y la hermana de su madre” dice “καὶ ἡ ἀδελφὴ τῆς μητρὸς αὐτοῦ” (kai e adelphé tes metros autou). Vemos que utiliza el griego “adelphé” (literalmente “hermana”) para referirse a María esposa de Cleofás. Pero esta María no podía ser realmente “hermana de su madre” porque entonces tendríamos dos hermanas con el mismo nombre, y eso es absurdo. Así que si “la hermana de María” no es hermana sino parienta, lo mismo podría ocurrir con los llamados “hermanos de Jesús”. Y no olvidemos que estamos hablando de Juan, que probablemente escribió su evangelio directamente en griego.

A vueltas con el osario de Santiago

Inscripción osario

Algunos autores de documentales y libros sensacionalistas en torno al mencionado osario con la inscripción de “Santiago, hijo de José y hermano de Jesús”, dicen que si Santiago era primo y no hermano hubieran usado el término arameo para “primo”, pero ninguno menciona qué termino sería ese porque sencillamente no existe (aunque se les puede disculpar su ignorancia, ¿cuántos arqueólogos conocen bien el arameo?). Pero todo el revuelo que se formó en torno al famoso osario quedó al final en papel mojado cuando tiempo después los expertos dictaminaron unánimemente que era una falsificación. Así lo declaró Shuka Dorfman, director de antigüedades de Israel, quien anunció el 18 de junio de 2003: “El osario es real. Pero la inscripción es falsa. Lo que significa que alguien tomó una caja real y labró la escritura en ella, probablemente para darle una importancia religiosa”. El comité también descubrió que la piedra caliza del osario era más típica del norte de Siria que de Israel. Según los expertos de la Autoridad de Antigüedades de Israel, las letras de la inscripción están inmersas en un residuo gris que no se debe a la pátina del tiempo, sino a una pasta de fabricación doméstica aplicada a las letras para que parezcan más antiguas. En concreto, el análisis de isótopos de oxígeno indica que las palabras fueron inscritas en tiempos modernos. Además, la dura pátina marrón que cubre la caja no se encontró en la inscripción, en la que se aplicó una especie de pasta blanda y grisácea para imitar el desgaste. Tras los análisis realizados por Yuval Goren no cabe la menor duda de que la inscripción del osario es una falsificación. El responsable de la falsificación es Oded Golan, el cual fue detenido en el verano del 2003. Oded Golan es también responsable de otra falsificación: de la falsa tabla de piedra del rey Salomón. Al parecer, hemos oído decir, el juez le absolvió; no por considerar que el osario fuese auténtico, sino por no tener pruebas judiciales suficientes para demostrar sin duda alguna que realizó una falsificación. Por tanto para algunos la polémica sigue abierta, pero en un asunto arqueológico, si el criterio de un juez se opone (judicialmente) al criterio de todo un comité de expertos arqueólogos, es difícil dar más crédito al juez, que además se limita a que no tiene pruebas suficientes para condenar a Oden Golan.

Más hermanos

¿Jesús en familia?

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¿No es éste el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago, de José, de Judas y de Simón? ¿No están sus hermanas aquí con nosotros?». Y Jesús era para ellos un motivo de escándalo. (Marcos 6:3)

Veamos quiénes son el padre y la madre de los hermanos de Jesús: José, Santiago, Judas y Simón; Estudiaremos el caso de dos de los hermanos, Santiago y José, pues de ellos tenemos más de un dato y lo que averigüemos sobre ellos valdrá también para el resto de los hermanos:

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[en la crucifixión] Unas mujeres miraban de lejos. Entre ellas, María Magdalena, María la madre de Santiago el menor y de José, y Salomé. (Marcos 15:40, cf Marcos 16:1)

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[en el sepulcro] María Magdalena y María, la madre de José, miraban dónde lo habían puesto. (Marcos 15:47)

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Junto a la cruz de Jesús, estaba su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena. (Juan 19:25)

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Los nombres de los doce Apóstoles son: en primer lugar, Simón, de sobrenombre Pedro, y su hermano Andrés; luego, Santiago, hijo de Zebedeo, y su hermano Juan; Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo, el publicano; Santiago, hijo de Alfeo, y Tadeo. (Mateo 10:2-3)

El apóstol llamado “Santiago el Mayor” (el de Santiago de Compostela) se nos dice que es hijo de Zebedeo y hermano de Juan. El otro apóstol Santiago, llamado “el Menor”, vemos en Marcos que es hijo de una tal María, madre también de José, que aparece en la crucifixión y también en el entierro. De las tres Marías que acompañaron a Jesús durante su muerte, además de Salomé (viuda de Zebedeo), una es la Virgen, la otra María Magdalena, y la otra es la comúnmente llamada “la otra María” (así la llama Mateo en 28:1). Marcos, también en la cruz, nos la identifica como “María la madre de Santiago el menor y de José”, y en el sepulcro la identifica simplemente como «María la madre de José»; pero Juan la identifica como “María, mujer de Cleofás”. Por lo tanto parece claro que “la otra María” es esposa de Cleofás y madre de Santiago el Menor y de José.

Ahora bien, Juan nos añade otro dato, María de Cleofás es “la hermana de su madre [de Jesús]”, por lo tanto sería tía de Jesús. Eso significa que su hijo Santiago y Jesús son primos, o sea, dicho en sentido bíblico Santiago es “hermano de Jesús”. En realidad podemos hacer la otra deducción lógica antes mencionada: Dos hermanas no pueden llevar el mismo nombre, sería absurdo y confuso, así que cuando Juan dice “la hermana de su madre, María”, debe de referirse en realidad a una prima o cuñada de María, no a una hermana carnal. Esto convierte a Santiago el Menor (y a su hermano José, y a los demás hermanos) en primo hermano o primo segundo de Jesús, lo cual sigue siendo “hermano” en sentido bíblico. Ya tenemos un Santiago, apóstol, que puede con toda razón ser conocido en la Biblia como “el hermano de Jesús”, apóstol y primer obispo de Jerusalén.

Ya casi parece que podemos zanjar el asunto, pero hay un pequeño problema: Mateo, como hemos visto, identifica a dos apóstoles llamados Santiago, a uno lo llama “hijo de Zebedeo” (que sabemos que es Santiago el Mayor, hermano de Juan), y al otro, a Santiago el Menor, lo llama “hijo de Alfeo”. Si Marcos dice que la madre de Santiago el Menor es María, que sabemos por Juan que es la mujer de Cleofás, y Mateo nos dice que Santiago el Menor es hijo de Alfeo, entonces nos encontramos con que los padres de “Santiago, el hermano de Jesús” y de José son Alfeo y María la mujer de Cleofás. Esto no sería demasiado sorprendente si Santiago fuera un neoyorquino del siglo XXI, pero las familias de la época no tenían semejantes desbarajustes. La esposa de Alfeo no puede ser al mismo tiempo la mujer de Cleofás. ¿Se trata de un error en las Escrituras? Muchos no creyentes dicen que sí, pero no es así y veremos por qué.

Ya hemos explicado arriba cómo el nombre hebreo “Yaakob” se puede traducir en español por Jacob o por Santiago. También el hebreo “Yeshua” es traducido en griego por “Josué” en el Antiguo Testamento, pero por “Jesús” en el Nuevo. El “Yosef” hebreo se traduce en la Biblia por “José”, pero el historiador “Yosef ben Matityahu” es conocido como “Claudio Josefo”, y mucha gente bilingüe (como sigue ocurriendo hoy) usa un nombre diferente para su segundo idioma. Y así tendríamos muchos ejemplos. Lo mismo ocurre con el griego. Cuando los evangelistas escriben en griego, traducen los nombres hebreos/arameos al idioma griego. No tuvieron que inventarse traducciones, las traducciones ya existían y, al igual que pasa en español, no siempre son unánimes. En esa época en Palestina se hablaba arameo, pero se usaba ampliamente el griego al igual que en todo el imperio oriental, así que los nombres eran helenizados cuando se hablaba en griego. También teníamos ya desde hacía tiempo la Biblia traducida al griego (la Septuaginta), así que existía una traducción bíblica de nombres hebreos.

Todo esto hace, que tal como ocurre en español, también en griego haya a veces varias traducciones de un mismo nombre y también que haya algunos nombres que por la razón que sea se traduzcan habitualmente por un nombre aparentemente bien distinto, como pasa en español con Jacob y Santiago o en griego cuando leemos que en unos evangelios Simón fue llamado “Petros” (Pedro: piedra en griego) y en otros que fue llamado “Kephas” (Cefás: piedra en arameo), pero tanto Pedro como Cefás son la misma persona. Según los lingüistas, el nombre hebreo “Kleopa” era frecuentemente traducido por “Alfeo”, aunque si se heleniza el original directamente tendremos “Kleophas” (nuestro “Cleofás”). En tal caso, Alfeo y Cleofás serían la misma persona, es sólo que los distintos evangelistas han usado diferentes equivalencias del nombre (a menudo se le identifica con el Cleofás que se encuentra con Jesús en el camino de Emaús en Lucas 24:18, siendo el otro discípulo tal vez su esposa María). Por tanto la María prima de la Virgen y madre de Santiago sería esposa de Alfeo-Cleofás. Igualmente pudiera ser que María la de Cleofás no fuese prima hermana de María, sino prima de San José y por tanto prima política de María, igualmente Santiago y Jesús serían legalmente primos segundos. Todo encaja. Podríamos tener un árbol familiar así o parecido:

Hipótesis de genealogía

Aún así, algunos dan otra explicación. El texto de Juan en realidad dice simplemente “María la de Cleofás”. La versión que tenemos arriba diciendo “María, mujer de Cleofás” es la interpretación que normalmente se hace porque la tradición siempre ha dicho que era esposa de Cleofás. Verdaderamente una mujer casada se identificaba por el nombre de su marido (lo que equivaldría hoy a un apellido), pero también era posible identificarla por el nombre de su padre si el padre era muy relevante y mucho más conocido que el marido, así que pudiera ser que María fuese esposa de Alfeo e hija de Cleofás, también transcrito como Cleopás, que podría igualmente ser forma abreviada del nombre griego Kleopatros (masculino de Cleopatra). Así que con tanto jaleo de variaciones y traducciones no puede sorprender encontrarnos con alguien que tiene dos nombres diferentes, igual que otros muchos casos como Leví y Mateo, el apóstol recaudador de impuestos que recibe nombres distintos según el evangelista que lo nombra.

Santiago, el hermano de Jesús

Los hay que afirman que aún así, ese “Santiago, hermano de Jesús” no es ninguno de los dos apóstoles ni es hijo de María de Cleofás, sino otro Santiago, “Santiago el Justo” (sobrenombre que usa por primera vez el historiador cristiano Egésipo en el siglo II al referirse al obispo Santiago llamado “hermano de Jesús”). Este tercer o cuarto Santiago sería, según ellos, el que fue primer obispo de Jerusalén y autor de la epístola de Santiago. Esta visión es más popular entre los protestantes, aunque hay de todo. También hay que tener en cuenta que el Nuevo Testamento no es siempre consistente en la manera de llamar a los personajes. Por ejemplo a “María, la de Alfeo” también la llama en otra ocasión “María, la madre de Santiago” y hemos visto que también «María, la madre de José», por lo tanto no habría nada extraño en que el llamado “Santiago, hijo de Alfeo” fuera en otras ocasiones llamado “Santiago, hermano de Jesús” (en el sentido de primo). Por eso aunque el número de Santiagos que hubo queda abierto, no se puede utilizar como argumento suficiente. Como Santiago, el hijo de Alfeo, era hijo de la prima de María, tiene mucho sentido que le llamaran también “hermano de Jesús”, pero en el caso de que ese “hermano” fuese un tercer Santiago, seguimos teniendo el problema de que “hermano” puede ser también pariente, con lo cual no hay nada concluyente.

San Pablo nos menciona una vez a este obispo Santiago en un contexto que puede resultar ambiguo:

[

Tres años más tarde, fui desde allí a Jerusalén para visitar a Pedro, y estuve con él quince días. No vi a ningún otro apóstol, sino solamente a Santiago, el hermano del Señor. (Gálatas 1:18-19)

Algunos interpretan este pasaje como que vio a Pedro y no vio a ningún otro apóstol, pero además de ver a Pedro, a la única persona que vio fue a Santiago. Por tanto Santiago no era el apóstol. Sin embargo, por enésima vez, nos encontramos con que estos temas tan delicados no pueden discutirse leyendo nuestras traducciones bíblicas (de ahí el peligro de intentar interpretar uno mismo el significado de la Biblia sin la formación adecuada). Una vez más tenemos que irnos al versículo original en griego para aclarar qué nos dice realmente Pablo:

Ese “sino solamente a Santiago” está escrito como “μὴ Ἰάκωβον” (mè Yakobon). La palabra “μὴ” establece una excepción, una negación sobre lo que anteriormente se ha afirmado. Por tanto la traducción más clara y exacta sería (como aparece en muchas versiones modernas):

[

Tres años más tarde, fui desde allí a Jerusalén para visitar a Pedro, y estuve con él quince días. No vi a ningún otro apóstol excepto a Santiago, el hermano del Señor.

En esta cita resulta bastante evidente que solo vio a dos apóstoles: Pedro y Santiago, al que llama “el hermano del Señor”. Por tanto Pablo nos dice que “Santiago, hermano del Señor”, el que fue obispo de Jerusalén, es Santiago el Menor, no un tercer Santiago. Y por otras citas ya hemos demostrado que Santiago el Menor es primo de Jesús, no su hermano carnal.

Hegesipo de Jerusalén, nacido en el año 110, fue el primero en escribir una historia de la Iglesia. Eusebio de Cesarea cita, entre otros, este fragmento suyo:

[

Habiendo sufrido martirio Santiago el Justo por la misma razón que el Señor, fue nombrado obispo Simón, su primo, hijo de Cleofás, a quien todos proponían por ser otro primo [anepsion] del Señor Señor (… y Eusebio añade) [Simón] era un primo [anepsion], por así decirlo, del Salvador, pues Hegesippus registra que Cleofás era hermano [adelphos] de José. (Hegesipo, siglo II, citado en Historia de la Iglesia, de Eusebio, 4.22)

Así que según Hegesipo de Jerusalén, cuyos padres probablemente conocieron los hechos en persona, el primer obispo de Jerusalén, Santiago el Justo, era hijo de Cleofás y primo de Jesús (usando claramente el griego anepsion así que no hay ahora ambigüedad). Y además añade que al morir Santiago se nombra obispo a otro primo de Jesús, también hijo de Cleofás (y por tanto hermano de Santiago), llamado Simón. Esto encaja perfectamente con lo que nos dice Mateo sobre los hermanos de Jesús, recordemos la cita:

[

¿No es éste el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago, de José, de Judas y de Simón? ¿No están sus hermanas aquí con nosotros?».  (Marcos 6:3)

Ya tenemos pues localizados a tres de los supuestos “hermanos de Jesús”, Santiago, Simón y José, identificados todos como hijos de Alfeo o Cleofás y de María, por lo que Judas y las llamadas “hermanas” probablemente también sean hijos de María y Alfeo, aunque pudieran ser primos de otros tíos. De todas formas, siendo Santiago, Simón y José hermanos, si Judas fuese primo de otra parte no sería lógico citarlo en medio de los otros tres, sino después de ellos, así que todo apunta a que los cuatro eran hermanos carnales.

De hecho es más que probable que tengamos más datos de quién es ese Judas, pues la tradición nos lo identifica con el autor de la epístola de San Judas, la cual empieza así:

[

Judas, servidor de Jesucristo, hermano de Santiago, saluda a los que han sido llamados… (Judas 1:1)

Identificarse como “hermano de Santiago” sin más explicaciones significa que ese Santiago era “el Santiago” que todos conocían, tanto como para no necesitar más datos, y en esos momentos el Santiago por excelencia era el obispo de Jerusalén, Santiago el Menor. Esa notoriedad hace que no use el método habitual de identificarse por su padre (Judas, hijo de Cleofás). Por lo tanto Judas se identifica como el hermano de Santiago (y José y Simón), pero noten que no dice “hermano de Jesucristo”, pues de haberlo sido no se identificaría como hermano de Santiago sino como hermano del Señor, que era mucho más importante. Tradicionalmente se suele identificar a este Judas con el apóstol Judas Tadeo, pero para lo que nos concierne eso ya es lo de menos.

Pero además tenemos ahora otro dato, pues en la cita de arriba Hegesipo nos cuenta que Cleofás era hermano carnal de José, y en el libro Protoevangelio de Santiago (c. año 120) se nos dice que los padres de María eran Joaquín y Ana, así que tenemos que reorganizar el árbol genealógico de Jesús, que nos quedaría ya de este modo:

Genealogía de Jesús

Además de toda esta evidencia hay un factor clave en esta discusión. Los católicos creemos hoy lo mismo que los cristianos primitivos creían, que Jesús era hijo único, y así lo ha creído la Iglesia desde el principio hasta ahora. Quienes hoy ponen en duda esta verdad, lo hacen basándose en interpretaciones bíblicas difusas y cuestionables, sin apoyo histórico ni de la Tradición, partiendo sólo de tradiciones humanas surgidas en el siglo XVI, muchos siglos después de los hechos.

El primogénito

Encarnación

[

Y María dio a luz a su primogénito; lo envolvió en pañales y lo puso en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón. (Lucas 2:7)

Algunos protestantes dicen que puesto que Jesús es el «primogénito», eso implica que fue el primero de más hermanos, y de paso niegan así la perpetua virginidad de María. Esto no tiene tampoco ninguna base lingüística, pues en la Biblia se llama «primogénito» al primero que nace, independientemente de que después vengan más hermanos o no. Es un título legal que designa al hijo que heredará ciertos derechos especiales de su padre tal como vemos en Génesis 25:33, y por tanto un hijo único es, automáticamente, el primogénito. De hecho un primogénito es siempre, por definición, hijo único; sólo posteriormente podrá o no tener más hermanos. Este título funciona de la misma manera que “príncipe” en la monarquía española: el primer hijo del rey es el príncipe heredero, el que heredará el trono, y los demás hijos serán “infantes”, pero no príncipes. Si un rey tiene un solo hijo, ese hijo será igualmente “príncipe” (que viene del latín “princeps”,  “el primero”), y el primer hijo siempre es el primero independientemente de que haya o no un segundo y un tercero. Pero si alguien duda de esto que decimos, bastará con que mire la siguiente cita:

[

Asimismo, [Dios] al introducir a su Hijo primogénito en el mundo dice: Adórenlo todos los ángeles de Dios. (Hebreos 1:6)

Dios no tiene sino un solo hijo, Jesús, y aun así se le llama “su Hijo primogénito”. Si hiciéramos aquí la misma interpretación que algunos protestantes hacen de Lucas 2:7, tendríamos que llegar a la absurda conclusión de que Dios tuvo más Hijos.

La virginidad de María

maria-virgen

En realidad el principal interés en muchos de quienes defienden la existencia de otros hermanos de Jesús por parte de madre no está tanto en demostrar que Jesús tenía hermanos, que tampoco importaría en exceso, como en demostrar que María no siguió virgen por siempre, lo que así demostraría que la Iglesia se equivoca en el dogma de la perpetua virginidad de María (virgen antes, durante y después del parto), lo que demostraría que la Iglesia puede errar, y por tanto no es la verdadera Iglesia de Jesús. Y si el argumento que acabamos de comentar sobre la primogenitura es fácil de desmontar, parece más difícil desmontar algo tan claro como lo que ahora se dirá:

[

y no tuvo relaciones conyugales con ella hasta que dio a luz un hijo, al que José puso por nombre Jesús. (Mateo 1:25)

Las palabras clave en esta cita son “hasta que”. Si José y María no tuvieron relaciones “hasta que” nació Jesús, eso significa que después de nacer Jesús sí tuvieron relaciones sexuales. Por supuesto eso no implica necesariamente que tuvieran luego más hijos, pero ciertamente pondría fin a la virginidad de María, que sería el auténtico objetivo de esta polémica.

Y sin embargo la Iglesia, ayer y hoy, siempre ha defendido la virginidad perpetua de María como dogma de fe. Nunca en la Iglesia se dijo que María no fuese virgen, y ya en el siglo II tenemos los primeros testimonios escritos en los que se habla de la perpetua virginidad de María, aunque ninguno tan rotundo como el de Orígenes, padre de la Iglesia:

[

María conservó su virginidad hasta el fin, para que el cuerpo que estaba destinado a servir a la palabra no conociera una relación sexual con un hombre, desde el momento que sobre ella había bajado el Espíritu Santo y la fuerza del Altísimo como sombra. Creo que está bien fundado decir que Jesús se ha hecho para los hombres la primicia de la pureza que consiste en la castidad y María a su vez para las mujeres. No sería bueno atribuir a otra la primicia de la virginidad. (Orígenes, año 232)

Nadie podría decir que la Iglesia en estos 2000 años nunca se había dado cuenta de lo que esa cita bíblica dice, así que si la Iglesia conoce la cita y aún así nunca le pareció que esa cita supusiese un impedimento en este asunto, algo habrá que lo justifique. Y ciertamente lo hay.

Esa forma “hasta que” en la versión griega original se dice “heos-hou (ἕως οὗ). En la versión griega de la Biblia esa forma “heos-hou” es usada en más pasajes con la idea de que tal cosa ocurrió o no ocurrió “antes de” algo, pero sin implicar (como sí sucede a menudo en castellano) la idea de que después de eso sí ocurrió. Según esto Mateo 1:25 nos está diciendo que José no tuvo relaciones con María antes del nacimiento de Jesús (o sea, que Jesús no era su hijo, que es lo que quiere decirnos ahí), pero sin decirnos nada sobre si después de nacer Jesús tuvieron o no relaciones. Vemos varios ejemplos de pasajes bíblicos que usan también el “heos-hou”, traducido por “hasta que” pero en donde claramente se ve que lo ocurrido sigue siendo cierto no sólo antes de, sino también después de:

[

Pues Cristo debe reinar hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies. (1 Corintios 15:25)

Según la interpretación que ellos hacen del “hasta que” bíblico, esta cita diría claramente que cuando Jesús ponga a todos sus enemigos debajo de sus pies entonces dejará de reinar. Pero en Lucas 1:32-33 se nos dice que su reinado no tendrá fin, de hecho será después de esa victoria cuando el verdadero reinado de Cristo dé comienzo. Así que está claro que ese “hasta que” de 1 Corintios no limita el reinado, sino que permite que continúe también después, igual que la virginidad de María en la cita que nos ocupa. Otro ejemplo:

[

las aguas fueron decreciendo paulatinamente hasta el mes décimo; y el día primero del mes décimo, se vieron las cimas de los montes. (Génesis 8:5)

No hace falta explicar que cuando en el décimo mes asomaron las cimas de las montañas, el agua no dejó de descender, sino que continuó haciéndolo, pues sabemos que al final las aguas bajaron del todo a sus anteriores niveles.

Podríamos dar muchos más ejemplos (A.T: Gen 8, 5y 49,10; Sam 20,3; Judit 12,14 y 16,23. En el N.T.: Mat 28,20; 1 Tim 4,13 y 6,14; Rom 8,22; Fil 1,5. etc.) aunque uno basta para echar por tierra el argumento contra Mateo 1:25. El problema aquí es que están utilizando una traducción a un idioma moderno para explicar, según nuestras reglas gramaticales, lo que el escrito original, en griego, quiso decir. Y ese será el motivo por el que la Iglesia primitiva, de habla griega, nunca encontró ninguna dificultad en Mateo 1:25, ni por ello se privó de declarar a María “la siempre virgen”, tal como la Iglesia ha seguido haciendo hasta el día de hoy, por más que muchos protestantes, apartándose de su propia tradición primera, quieran hoy creer lo contrario.

¿Hijos de José?

Si hemos razonado que la Biblia no demuestra, como algunos pretenden, que María tuvo más hijos después de Jesús, vamos a dar ahora un argumento en contra de la idea ortodoxa de que José trajera al matrimonio otros hijos anteriores a Jesús.

En tiempos de Jesús, cuando nacía el primer hijo (no el resto), la ley ordenaba «rescatar al primogénito» con un par de tórtolas (si era pobre), tal como vemos hacer a José en el templo. Jesús fue de ese modo rescatado al nacer como primogénito que era, independientemente de que luego pudieran o no nacer más hermanos. Este sacrificio no se hacía cuando nacían más hermanos. Esto invalida la idea de que José traía hijos de un matrimonio anterior, pues según la ley judía el sacrificio de las dos tórtolas lo hacían los padres pobres al tener a su primogénito, y si José tuviera ya otros hijos Jesús no sería su primogénito (aunque lo fuese de María) y por tanto no habría hecho ese sacrificio de rescate.

[

Ocho días después, llegó el tiempo de circuncidar al niño y se le puso el nombre de Jesús, nombre que le había sido dado por el Angel antes de su concepción. Cuando llegó el día fijado por la Ley de Moisés para la purificación, llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor, como está escrito en la Ley: "Todo varón primogénito será consagrado al Señor". También debían ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o de pichones de paloma, como ordena la Ley del Señor. (Lucas 2:21-22)

También hay otro argumento. Ya hemos visto citas en donde se dice claramente que Santiago y José (y por tanto también sus hermanos Simeón y Judá, etc) son hijos de «la otra María». Veamos ahora cómo nos habla Mateo del momento del entierro de Cristo:

[

Había también allí muchas mujeres contemplándolo todo de lejos. Eran las que habían seguido a Jesús desde Galilea para atenderlo. Entre ellas se encontraban María Magdalena, María la madre de Santiago y de José, y la madre de los hijos de Zebedeo. (Mateo 27:55-56)

«María la madre de Santiago y José» (los hermanos de Jesús). ¿Puede alguien pensar que en este angustioso momento Mateo se refiere a la madre de Jesús como «María la madre de Santiago y José»? Esa María es evidentemente otra, y ya hemos visto anteriormente de quién se trata. El caso es que si la madre de los «hermanos» de Jesús está mirando el entierro de Cristo, no puede ser que José sea el padre de Santiago y José y los trajera de su viudedad, pues para ser viudo tu esposa anterior tiene que estar muerta. Esos chicos son, como ya se ha dicho en otras citas, hijos de Cleofás, sobrinos carnales de José.

Otros argumentos

9- En Lucas 2:41ss vemos la familia de Nazaret: Jesús, María y José. Aquí no se habla de otros hijos. En ningún relato de la infancia de Jesús aparece ningún otro hijo (ni en la huída a Egipto, ni cuando Jesús se pierde y es encontrado en el Templo). Esto hace improbable que José se hubiese casado con María trayendo ya hijos al matrimonio (como creen los ortodoxos) y también que José y María tuviesen más hijos después de tener a Jesús.

10- En Marcos 6 se dice «El hijo de María» no «uno de los hijos de María»; tampoco se menciona nunca a Jesús como el más importante de los hijos. Siempre es singular la relación de Jesús con María, Jesús nunca aparece como el mejor, el predilecto o el más piadoso o popular, simplemente es él y nadie más. Son los otros los que reciben el título de “hermanos de Jesús”. Al ser Jesús tan relevante, es lógico que sus parientes sean conocidos por su relación con él. No olvidemos además que el sentido de la familia es mucho más amplio en las sociedades semitas de la época que entre los europeos, y no digamos si los comparamos con nosotros.

Conclusión

En el fondo de toda esta polémica se halla el dogma de María siempre Virgen. Pero no olvidemos que la cuestión no es que no podemos pensar que Jesús tuviera hermanos porque eso chocaría con el dogma mariano, más bien fue al contrario, el dogma mariano se declaró oficialmente en aquella época porque los cristianos estaban convencidos de que Jesús era el único hijo de María, porque ellos lo sabían y conocían a sus parientes. Lutero, Calvino, Zwingli y John Wesley (fundador de los metodistas), que son los padres del protestantismo, defendían la perpetua virginidad. Fue ya tiempo después de la Ruptura protestante cuando comienza a extenderse la idea de que Jesús pudiera tener hermanos carnales, e incluso hoy en día, además de los católicos, siguen defendiendo esta doctrina luteranos, parte de los anglicanos. No me parece demasiado sensato que cristianos del siglo XVII o XVIII se atrevan a contradecir lo que los cristianos del siglo II decían. Esos cristianos primitivos también contaban con los mismos escritos que nosotros, pero además contaban con el testimonio de gente que había conocido a la familia de Jesús directamente o de oídas. Incluso aún vivían los descendientes directos de esa familia de Jesús.

A pesar de todos los datos, siempre puede encontrar uno un resquicio por el que meterse para rechazar las pruebas que haya en contra de su creencia previa. Esto es lo normal, sobre todo cuando los investigadores no se atreven a dar un veredicto histórico claro. Pero ateniéndonos a las leyes de la probabilidad, parece claro que con toda esta información una conclusión adquiere mucha fuerza frente a las demás. Nuestra conclusión es que Jesús no tuvo hermanos, todo parece apuntar en esa dirección. Sin embargo, para un protestante el tema solo tiene una importancia anecdótica, casi una simple curiosidad que nada cambia, excepto en caso de que quieran usar este asunto como arma contra la Iglesia.

Los católicos siguen en esto la tradición de San Jerónimo, que vivió en Palestina y afirmaba que los llamados “hermanos de Jesús” eran primos suyos. Los protestantes siguen la tradición de San Epifanio, también del siglo IV y que también vivió en Palestina y afirmaba que eran hijos de José. Pero para un ortodoxo, igual que para un católico, lo importante es confirmar que María no tuvo más hijo que Jesús, así no se pone en duda el antiguo dogma de su eterna virginidad, pero de qué manera se explique eso (que eran primos o que eran medio-hermanos) no es relevante. Si nos parece importante la conclusión de que esos llamados “hermanos” eran en realidad primos segundos y no medio-hermanos es simplemente por amor a la verdad histórica, y porque cualquier detalle que podamos descubrir sobre Jesús nos parece fascinante

Fin

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Comentarios

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62 respuestas a “Los hermanos de Jesús”

  1. Avatar de Lisandro Espinoza
    Lisandro Espinoza

    saludos hnos..verdaderamente interesante el tema. Pero tengo una pregunta y espero alguien por favor la conteste: si la palabra adelphos puede signicar tanto hermano como pariente, por qué cuando el angel le habla a Maria de Isabel, se refiere a ella como su pariente¿¿¿¿…Gracias

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    1. Avatar de Christian

      hola hno. No estoy del todo seguro de entender tu pregunta pero veré a ver si esto te sirve de respuesta. El ángel se refiere a Isabel como συγγενίς, “parienta”, no “adelphos”, y por eso dicen algunos que en el N.T. “adelphos” se usa solo para hermanos carnales, al menos en el N.T., pero hay en el artículo un párrafo dedicado a aclarar esa objeción. Básicamente dice que cuando nos hablan de María de Cleofás también usan la palabra “adelphos”, y esta María no es hermana de María, así que vemos también ahí cómo “adelphos” se usa en el N.T. con el significado de “hermano carnal”, pero también con el sentido de “pariente”. Espero que esta respuesta te sirva, o al menos te aclare la duda que expresas.

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  2. Avatar de
    Anónimo

    Isai Requeno: Tienes razon en mucho; pero cuando Jesus le dijo a Juan » ahi tienes a tu madre» porque piensas que Maria iba a quedarse sola? lo que realmente significa es que Juan iba a sustituir carnalmente a Jesus, osea quiso involucrarlo como familiar, es logico lo «amaba» lo «amaba». Juan llenaria el vacio fiasco de Jesus (perdon por no incluir las tilde de las palabras)

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    1. Avatar de Christian

      Tienes razón, pero cuando decíamos «quedarse sola» nos referíamos al asunto práctico de que necesitaba un hombre que se ocupara de ella. En aquella sociedad una mujer no podía vivir sola por muchos motivos, y la presencia espiritual de su hijo no podía cubrir ese aspecto, era necesario un hombre físico en la casa que proveyera y tutelara legalmente. A eso nos referíamos.

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  3. Avatar de Adrian
    Adrian

    Thank you

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  4. Avatar de
    Anónimo

    Muy interesante…..para leerlo despacio y varias veces.Gracis

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  5. Avatar de Ivan
    Ivan

    Ha sido una lectura agotadora, pero fascinante. Gracias por la iluminación.

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  6. Avatar de Rafael Pablo

    Hola me gustó mucho el tema, ahora un pensamiento mio, sin ser nadie ni saber tanto, tengo la idea de haber leido en el AT. que un Judio nunca usaria las cosas que son apartadas (consagradas) a el Señor; y siendo José un hombre Justo, nunca «usaría» a María para tener mas hijos, ya que el Señor la apartó para El, la consagró para su propósito. Gracias bendiciones en nombre de el Señor.

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    1. Avatar de Christian

      Una idea intersante, Rafael. De hecho una tradición de la Iglesia primitiva decía que María de niña fue consagrada al Templo. No sabemos si fue cierto pero en tal caso tu teoría no sólo tendría base teológica sino incluso base legal.

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      1. Avatar de Rafael Pablo

        Gracias Christian por responder. Es grato para mi tu respuesta, desde hace un tiempo que considero esto, ya que pienso en José como el «cuidador» «custodio» del «arca de la nueva y eterna alianza».

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  7. Avatar de
    Anónimo

    Hola ,la palabra de Dios fue escirta por hombres revelado por el espiritu santo,esto se escribio muchos años despues de cumplido el o los planes de el sr. ejemplo los primeros libros del principio ,genesis.,exodo,livitico,numeros,deutronomio,,,,,por mencionar algunos libros de la biblia maria fue encontrada en gracia para cumplir un proposito el nacimiento de Dios Hijo el cristo,el mesias e, el salvador hablando del pueblo pagano o sea nosotros, y eso ya es una bendicion,pero solo para el que cree en su palabra,ejemplo,evangelio de juan,capitulo3 versiculos 1 al 18,

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